Si paseando por la pintoresca orilla del lago Vembanad se encuentra con unas enormes telarañas y lo que parecen ser las patas de una gigantesca araña, no se asuste y tómese su tiempo para admirar como estas elegantes estructuras, llamadas redes de pesca chinas, hacen una captura.
Observar, desde la orilla del lago, los lentos movimientos rítmicos de estas redes, es una experiencia hipnótica. Entre cuatro y seis personas controlan estas redes, ayudándose de contrapesos, bajan suavemente la red...
Si paseando por la pintoresca orilla del lago Vembanad se encuentra con unas enormes telarañas y lo que parecen ser las patas de una gigantesca araña, no se asuste y tómese su tiempo para admirar como estas elegantes estructuras, llamadas redes de pesca chinas, hacen una captura.
Observar, desde la orilla del lago, los lentos movimientos rítmicos de estas redes, es una experiencia hipnótica. Entre cuatro y seis personas controlan estas redes, ayudándose de contrapesos, bajan suavemente la red hasta las tranquilas aguas para, pocos después, levantarla con la ayuda de las cuerdas. No se sorprenda si ve el pescado fresco capturado a la venta en los mercados aledaños. Es un placer poder seguir disfrutando de esta imagen, mientras las técnicas modernas van acabando, poco a poco, con las tradicionales.
Como los olvidados porteadores de banderas de los backwaters, las redes de pesca chinas son una de las escenas más fotografiadas del estado. Al amanecer y al atardecer, la silueta de estas gigantescas redes, suspendidas en aire por estructuras de bambú, es una instantánea realmente maravillosa.
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